Amazonas, nuez de Pára, jubia, almendrón.
El árbol que produce las nueces del Brasil llama la atención entre todos los
tropicales por su majestuosidad y belleza. Sin embargo, los intentos por
cultivarlo han dado malos resultados, hasta el punto de que la mayor parte
de las nueces de Brasil, que se comercializan, proceden de árboles
amazónicos.
La nuez de Brasil contiene más de un 66.2% de grasas que se enrancian con
cierta facilidad, constituidas en una proporción de hasta el 25% por acidos
grasos saturados. junto con la de la palma y el coco, es una de las grasas
vegetales más ricas en este tipo de ácidos grasos, y por lo tanto, menos
recomendable desde el punto de vista dietético. No conviene pues abusar
de ella, especialmente quienes tengan elevado colesterol.
Las nueces de Brasil son ricas en proteinas, vitamina E y en minerales.
Pero, su propiedad dietética más importante es su elevado contenido en
vitamina B1, superando a la carne, la leche y los huevos. Solo el germen
de trigo, la levadura de cerveza, las semillas de girasol y los piñones,
contiene más vitamina B1 que las nueces de Brasil.
Esto las hace muy recomendables en caso de trastornos nerviosos, como
irratibilidad, depresión, pérdidad de memoria y falta de concentración
o rendimiento intelectual.
Los que siguen un tratamiento para dejar de fumar puede incluir las nueces
de Brasil en su dieta, por el efecto favorable de la vitamina B1, sobre el
sistema nervioso.
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