jueves, 17 de septiembre de 2015

fresa

Las fresas que hoy se cultivan en todo el mundo son un buen ejemplo de
acertada simbiosis entre los dos mundos de uno y otro del Atlántico.
Los exploradores europeos introdujeron en su continente variedades de
fresal americano, y lo hibridaron con las variedades del viejo mundo.

La fresa europea es más pequeña y delicada, pero también más aromatica,
por el contrario la fresa americana, conocida como fresón, es mas
grande y resistente, aunque menos dulce y sabrosa.

La fresa es una de las frutas más bajas en calorías, por debajo o
incluso del melón. Su contenido en proteínas, grasas y sodio es
también muy bajo.

Los nutrientes más importantes de las fresas son los azucares, con una
cantidad moderada que apenas llega al 5% de su peso, la vitamina C,
los folatos, el potasio y el hierro.

El color de la fresa debido a unos pigmentos vegetales conocidos como
antiocianinas, similares a los bioflavonoides. Las antocianinas
presentes en ciertas frutas como la fresa, actúan como poderosos
antioxidantes, además de reducir la síntesis de colesterol en el
higado.

En una investigación llevada a cabo en la Universidad Tufts de Boston,
se comprobó que las fresas son la fruta con mayor capacidad antioxidante,
seguidas por las ciruelas las naranjas y la uva. El efecto antioxidante
de la fruta se valoró por su capacidad para neutralizar radicales libres
oxidantes.

La acción antioxidante de las fresas se debe principalmente a su contenido
en vitamina C, en biofloavonides y en antocianinas.

La composición de las fresas, así como sus acciones antioxidante y
alcalanizante, las hacen especialmente indicadas en los siguientes casos:

Arteriosclerosis.- Las fresas, al poseer esa gran capacidad antioxidante,
gracias a la cual neutralizan el efecto de los radicales libres, constituyen
un medio eficaz para evitar la arteriosclerosis. A ello contribuye además
su carencia en grasa y en sodio, los dos principales enemigos de la salud
arterial, asi como su riqueza en potasio, mineral que evita la hipertensión
arterial.

El consumo habitual de fresas durante la primavera y primeros meses del
verano contribuye a prevenir la arteriosclerosis y a evitar su progresión.
No deben faltar  en la dieta de los que han sufrido un infarto de miocardio
o padecen de angina de pecho, asi como cuando hay falta de riego en las
arterias cerebrales o en las de los miembros inferiores.

Exceso de acido urico.-Las fresas son diureticas significa que aumenta la
producción de orina y facilita la eliminación de acido urico con la orina,
debido a su efecto alcalinizante. Por ello se recomienda en caso de gota
y de artritis úrica.

Estreñimiento.-Debido a su riqueza en fibra vegetal de tipo soluble, las
fresas facilitan el transito instestinal. Las fresas descongestionan la
circulación venosa en el sistema portal (venas del vientre), por lo que
convienen en el caso de hemorroides, ascitis que significa liquido en el
abdomen y afecciones hepáticas como la hepatitis crónica y la cirrosis.

Cancer.-Débido a su acción antioxidante.



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