jueves, 17 de septiembre de 2015

El ñame

Existen muchos tubérculos comestibles, uno de ellos
es el ñame comun o blanco. Existen otras otras especies como:

La jicama, un tuberculo similar al ñame, de la familia de las
convolvulaceas.

El taro y la tania, de la familia de las Áraceas, propios del
sudeste asiático.

Tanto el ñame blanco o común, como los otros tubérculos similares
a los que también se denomina ñame, son un alimento habitual en
diversos zonas tropicales, debido a su riqueza en hidratos de
carbono en forma de almidón. Sin embargo, a causa de lo laborioso
de su cultivo y a ser relativamente pobre en proteinas, el ñame
esta siendo desplazado progresivamente por la mandioca dulce o
yuca y la batata o boniato.

El ñame es bastante energético, y contiene una moderada cantidad
de vitaminas del grupo B, vitamina C y minerales, entre los que
destaca el potasio. Sin embargo carece de provitamina A.

Se ha comprobado que el ñame contiene un esteroide que frena la
peroxidación de los lipidos de la sangre y tiene una acción
hipolipemiante que significa que disminuye el nivel de trigliceridos,
un tipo de grasa en la sangre. Todo ello, unido a su escaso
aporte de grasas y su riqueza en potasio, lo hace muy recomendable
en las afecciones cardiovasculares, especialmente en la
arteriosclerosis.



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